Dos hechos colmaron la paciencia de los saladeños en los últimos días. El ataque a escopetazos a un kiosco y una mujer policía a los tiros en una calle repleta de niños y sin justificación, generaron malestar. No hay detenidos, ni investigación interna.
La comunidad de Saladas no sale de su asombro luego de trascender la noticia de un brutal ataque a escopetazos de un grupo de sujetos contra un kiosco, cuyo propietario no les habría querido vender bebidas alcohólicas. Si bien no se registraron heridos del atentado, el hecho extrañamente no fue difundido, sino hasta ayer que el dueño del lugar viralizó los videos del hecho y en el que se logra ver claramente a los agresores, quienes aún siguen en libertad.
El ataque ocurrió en un local comercial que atiende las 24 horas, ubicado en el barrio Estación, en una calle paralela a la Ruta Nacional N°118. Hasta allí habían llegado tres sujetos a bordo de un automóvil. Uno de ellos bajó para comprar bebidas alcohólicas y al parecer el dueño se negó a venderles. Como respuesta, uno de los tres sujetos, bajó con una escopeta y disparó hacia el comercio. El negocio es propiedad de Alejandro Magaldi, hermano del intendente de Pago de los Deseos. Uno de los agresores sería un hombre de apellido Alegre, alias “Chipi”. Pese a la violencia demencial del atentado, el caso recién se conoció ayer con la viralización del video. Ni la Policía, mucho menos la Justicia informaron sobre lo sucedido, así como tampoco hay demorados o detenidos en torno a la causa.Previous
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A los tiros
Pero hay un antecedente violento más próximo, ocurrido el sábado, y que involucra a una mujer policía de apellido Duarte, quien empuñando su arma reglamentaria, salió a la calle a los tiros ante el pánico de varios niños que jugaban en una de las cortadas del barrio Itatí. La funcionaria policial se habría justificado de que sufrió un presunto intento de asalto, aunque ningún testigo vio huir a algún ladrón del lugar. “Eramos muchos vecinos en el momento y todos los chicos que estaban jugando salieron corriendo del susto; pero cuando le pedimos explicaciones, solo comenzó a amenazarnos. Hoy (por ayer lunes) quisimos hacer la denuncia y nadie nos quiso tomar en la comisaría. Mucha impunidad”, contó época una vecina del lugar. Por este caso, tampoco se abrió una investigación hasta ayer.
Fuente: Diario Época